Las bolas chinas, también llamadas bolas de geisha o Ben Wa, no tienen su origen real en China, a pesar de su nombre, sino en Japón, aunque, realmente, no existen evidencias constatables. Son un mecanismo formado normalmente por dos bolas unidas por un cordón, en cuyo interior se encuentra otra bola más pequeña que choca contra las paredes de la bola que la contiene cuando la mujer camina o está en movimiento. Este choque produce una vibración que provoca una contracción involuntaria de los músculos que la rodean, aumentando el tono muscular, la circulación sanguínea y la lubricación vaginal. En eso se basa la eficacia de las bolas chinas, en su movimiento y en el choque.
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