Vivimos en plena era tecnológica y la forma que tenemos las personas de comunicarnos ha cambiado considerablemente con respecto a cómo lo hacíamos hace pocos años. Ese cambio, evidentemente, también ha tenido su incidencia en el modo de relacionarnos con nuestra pareja. Cada día aparecen nuevos dispositivos con los que el contacto con la persona a la que amamos y el modo de enviarle información se hace más fácil y cercano. Gracias a ello, han aparecido nuevas técnicas de “flirteo virtuales” como el sexting.
El sexting (del inglés “sex” y “text”) es un tipo de juego o flirteo en el que el remitente le envía a otra persona (normalmente su pareja) contenido de tipo sexual que él mismo ha creado. Es muy útil e interesante para parejas que por algún motivo no puede estar juntas o están separadas por la distancia y les ayuda a mantener el contacto mientras dura esa ausencia, pero también lo pueden utilizar parejas que viven juntas y como otro tipo de juego sexual que le dé un poco de variedad a sus relaciones.
Los smartphones son uno de los principales aliados del sexting. Ya no sólo se pueden enviar SMS o mensajes un poco subidos de tono, también podemos compartir mensajes de voz y, gracias a las cámaras de alta definición con las que vienen equipados, fotos y vídeos muy sugerentes o explícitos y con un alto contenido sexual.