Para la psicóloga, Claudia Badilla Piñeiro de la Clínica Ciudad del Mar y especialista en neuropsicología, los besos son un tipo de conducta que involucra una participación de factores neurobiológicos, psicológicos y socio culturales. La neuropsicología revela que zona oral representa una importante región sensitiva de nuestro cuerpo. Mediante ella percibimos una serie de sensaciones de distinta modalidad sensorial. Gracias a sus terminaciones nerviosas que conducen información del entorno a nuestro cerebro. Desde esa perspectiva, los besos permiten activar circuitos cerebrales. Entonces se produce una secreción de sustancias involucradas en el comportamiento romántico. Es decir, en la forma que pensamos, sentimos y actuamos en relación con otro por el que se siente atracción.