El sexo con extraños es el sueño erótico favorito de hombres y mujeres. Encontrarse en el ascensor con esa vecina con la que apenas has coincidido y, sin apenas intercambiar palabra, ponerse a meterle la mano entre las piernas con su total aprobación es un sueño erótico recurrente para muchos hombres. Para ellas, al escena podría ser diferente, pero el resultado es el mismo. Recién salida de la ducha, mojada bajo una toalla, sale a abrir la puerta al musculoso y sudado repartidor de las páginas amarillas para, inmediatamente y sin mediar palabra, abalanzarse sobre él sin apenas darle tiempo de entender qué es lo que en realidad está pasando.
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